Funciones Armónicas

En capítulos anteriores estuvimos aprendiendo la teoría detrás de la progresión que da origen a casi todas las progresiones musicales en la música occidental: [I⇆IV] → [V⇆I]. Ahora bien, es necesario aclarar que muchos teoristas le llaman a esta teoría por el nombre de teoría T-S-D.

La razón por la cual se le llama así es porque explica de manera simple lo que ocurre en esta progresión armónica. El I sabemos que representa a la triada tónica (por lo cual se le ubica como T), el IV representa a la subdominante (S) y finalmente el V representa a la dominante (D).

Ahora bien, cuando se platicó de esta progresión, se explicaba que la teoría occidental parece estar basada en que TODAS la progresiones armónicas están basadas en esta progresión, y que entonces lo que ocurría en las progresiones que la que no son propiamente [I⇆IV] → [V⇆I] es que se utilizan algunos acordes como sustitutos de cada uno de estos acordes.

Para explicar mejor este concepto, hablemos ahora sobre el concepto de acordes secundarios.


Acordes Secundarios

Debido a que la progresión [I⇆IV] → [V⇆I] es la principal, las triadas que se utilizan en ella son acordes primarios. Todos las demás triadas dentro de una tonalidad son entonces acordes secundarios. Se entiende que cada uno de los acordes secundarios actúan como sustitutos de alguno de los acordes primarios. Cuando esto ocurre, se dice que la triada sustituta tiene una función. Es decir, digamos que una cierta triada se utiliza como sustituto de nuestra tónica. En tal caso, se dice que el acorde tiene una función tónica.

Ahora bien, en algunos casos la razón por la cual se puede utilizar algún acorde secundario como sustituto de un acorde primario tiene que ver con la similitud aural que dichos acordes, el sustituto y el original, tienen. Veamos algunos ejemplos.

Función Subdominante

En la siguiente ilustración, podemos notar que la diferencia entre el IV y el ii6 es mínima. En realidad, estamos lidiando con la diferencia mínima de una sóla nota. A la hora de poner el ii en primera inversión, y repetir la 3ra del acorde, obtenemos un acorde bastante parecida al IV. Si la escuchamos, notaremos que la similitud aural es más que evidente.

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A la triada ii se le llama Supertónica. En las tonalidades mayores, este acorde es menor y se representa por el número dos romano en minúscula (ii ). En tonalidades menores, el acorde es disminuido y se representa por el número dos romano en minúscula y se le añade el signo de grado justo a un lado (ii° )

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Ahora bien, si observamos detenidamente, notamos que el enlace armónico que ocurre entre I y IV se rompe, pero las demás voces sí se mueven igual que cuando se utilizó el ii como acorde sustituto. Eso nos lleva a la conclusión de que simpre habremos de pensar que un acorde ii6 es un sustituto del IV, es decir, que el ii6 tiene una función subdominante, y entonces, imitar el movimiento de voces si es que hubiese utilizado un IV.

A través de la historia musical occidental notaremos que es muy raro ver un acorde ii en estado fundamental. Casi siempre se utiliza en primera inversión. Si el ii ocurre en estado fundamental, se tienen que utilizar enlaces melódicos o armónicos como opción para escribir dicho ejemplo musical.

En las tonalidades menores, la triada en cuestión sería disminuida y forzosamente tendría que escribirse en primera inversión, repitiendo la 3ra del acorde. De hecho, está regla se cumple para cualquier triada disminuida.

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Notemos que en el ejemplo anterior se puede apreciar que la primer progresión imita un enlace armónico si se hubiese utilizado un IV en vez del ii, y en la segunda se imita un enlace melódico si se hubiese utilizado un iv en vez del ii°.

Función Tónica

Existen dos claros ejemplos de acordes que se pueden utilizar como sustitutos de nuestra triada tónica. Una de ellas ya la habíamos estado utilizando como parte de nuestra cadencia rota; nos referimos a la submediante, también conocida como VI (en tonalidades menores) y vi (en tonalidades mayores).

Si recordamos, en capítulos anteriores se había explicado que la razón por la cual la cadencia rota era exitosa es porque contenía la nota tónica como su tercera. Sin embargo, no se había explicado que nuestro acorde vi se utiliza primariamente como una triada con función tónica. Esto ocurre porque aparte de la nota tónica, el I y el vi comparten otra nota común.

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Si podemos observar, en ambos casos expuestos en el ejemplo musical anterior se expone una cadencia. La primera es auténtica y la segunda es rota. La sustitución ocurre sin problemas.

Sin embargo, hay que recalcar dos puntos: el primero es que el acorde submediante (vi en mayor, y VI en menor) casi nunca se escribe en inversión. De hecho para fines prácticos, se puede entender que es algo prohibido. El segundo punto es que no necesariamente se debe utilizar el vi sólo como parte de una cadencia rota. A veces se puede utilizar en medio de una progresión armónica.

Observemos el siguiente ejemplo musical, en el cual se expone la misma progresión, primero en la tonalidad de Do Mayor y luego en Do Menor.

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El otro ejemplo claro de traida con función tónica es la mediante, representada por el número romano tres (iii, o III en tonalidades menores). Este acorde comparte dos notas con la triada tónica. Ahora bien, siempre se ha manejado en la Teoría TSD que esto ocurre sólo cuando está en estado fundamental.

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Cuando se utiliza en inversión, específicamente en tonalidades mayores, se escucha muy similar a la dominante porque comparte con la misma dos notas. En tal caso, este acorde tendría función dominante, no función tónica.

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Función Dominante

Existen por lo menos dos acordes que se utilizan como sustitutos de la dominante. El primero es el iii (o III+ en tonalidades menores), y por supuesto el vii° en ambas tonalidades menores y mayores.

La mediante en primera inversión suena muy similar a la dominante puesto que comparte dos notas con ella. Ahora bien, siendo honestos, no es nada común utilizar el iii6 como sustituto de la dominante. Sin embargo, teóricamente sí suenan muy parecidos ambos acordes.

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En las tonalidades menores, si recordamos, no existe la nota sensible de manera natural. Sólo ocurre cuando se altera el 7mo grado de la escala. Por lo tanto, el III en primera inversión carece de 3a nota sensible. Si tal 7mo grado de la escala es alterado, el acorde termina compartiendo dos notas con la triada dominante. El resultado es un acorde aumentado en primera inversión. En tal caso, se escribe con un número romano tres y el número seis que designa que está en primera inversión y le añadimos el símbolo de suma: III+6. El resultado es un acorde con un carácter muy tenso, pero que cuando se resuelve dicha tensión, se hace más evidente la cadencia.

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El otro ejemplo de acorde secundario que se usa para sustituir a la triada dominante es el vii°, conocida como la triada sensible. Este acorde, puesto que es disminuido, se tiene que escribir en primera inversión, y se debe de repetir la 3ra (es decir, la nota que se encuentre en el Ba). Sin embargo, este acorde se utiliza primariamente como un sustituto del V64 dentro de un giro de paso. Debemos recordar que en las tonalidades menores se tiene que alterar el 7mo grado para poder obtener la sensible.

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Si comparamos los dos giros de pasos expuestos en el ejemplo musical anterior, podemos observar que en el caso del giro original, existe una nota común. En este caso, la nota Sol en el Alto. Sin embargo, cuando utilizamos el vii° en primera inversión, nuestro Alto se mueve hacia abajo por grado conjunto y regresa a la nota original.

En papel, se puede engañar nuestra perspectiva puesto que se observa un movimiento de quintas paralelas. Sin embago, si analizamos cada 5ta, notamos que el movimiento es de una 5J a una 5d. Puesto que no ocurre un paralelismo de quintas justas paralelas, este enlace no es prohibido.

Conclusión

Los acordes secundarios son el ii (ii° en menor), el iii (III o III+ en menor), el vi (VI en menor) y el vii°. Cada uno de ellos tiene una función armónica.

Las funciones armónicas y los acordes que pueden utilizarse para sustituir la triada tónica, subdominante o dominante son: